En verano de 2024, nos embarcamos en un fascinante viaje por Baviera, una ruta que nos llevó desde pintorescos pueblos alpinos hasta la vibrante ciudad de Múnich. Visitamos castillos de ensueño como Neuschwanstein y hermosos palacios como Linderhof. También recorrimos atractivos pueblos como Oberammergau, Füssen y Schongau entre paisajes naturales impresionantes, y nos sumergimos en la compleja historia de lugares como Dachau y el centro de Múnich. Este viaje combinó cultura, naturaleza y momentos inolvidables, incluyendo el emocionante concierto de Adele en el Messe München.
Día uno: Oberammergau, Linderhof, Tirol, Neuschwanstein, Füssen y Marktoberdorf.
Nuestro viaje comenzó el 22 de agosto de 2024, aterrizando en Múnich desde Madrid. Tras recoger el auto, nos dirigimos a Oberammergau, un encantador pueblo famoso por sus casas decoradas con frescos y su tradición de tallas en madera. Allí disfrutamos de un almuerzo típico y paseamos por sus tranquilas calles.
El Palacio Linderhof fue nuestra siguiente parada. Aunque no entramos al palacio, los jardines de este retiro real de Luis II de Baviera (el Rey Loco), con fuentes y paisajes perfectamente cuidados, ofrecieron un paseo que evocaba el lujo de antaño.
Continuamos hacia el lago Plansee, en el Tirol austríaco, un lago de aguas cristalinas rodeado por imponentes montañas, donde aprovechamos para hacer una breve pausa y disfrutar del paisaje.
Nuestro recorrido nos llevó al famoso Castillo de Neuschwanstein, otra obra encargada por Luis II, cuyo exterior de cuento de hadas inspira a visitantes de todo el mundo, incluyendo a Walt Disney, quien lo tomó como modelo para el castillo de la Bella Durmiente. Aunque no entramos, la vista desde los alrededores fue inolvidable.
Luego, nos dirigimos a Füssen, una pequeña joya bávara a orillas del río Lech. Esta localidad, enclavada en los Alpes, es conocida no solo por su cercanía a los castillos de Luis II, sino también por su casco antiguo lleno de encanto medieval. Las calles empedradas de Füssen, enmarcadas por las arquitecturas gótica y barroca, crean un ambiente perfecto para pasear.
Después de explorar Füssen, llegamos a Marktoberdorf, prestos para cenar en nuestro hotel, Arthotel Ana Panorama, y nos deleitamos con una rica cena griega antes de descansar.
Día dos: Schongau, Dachau y Adele en Múnich.
Al día siguiente nos levantamos con un hermoso amanecer, y tras un copioso desayuno en el hotel, visitamos Schongau, un pequeño y encantador pueblo medieval con murallas históricas que evocan tiempos pasados.
De allí partimos hacia Dachau, para la visita al campo de concentración que nos impactó profundamente. La historia se sintió viva en cada rincón, y la experiencia fue tan conmovedora como educativa.
Almorzamos en el pueblo de Dachau. En esta ocasión disfrutamos de una sencilla pizza antes de dirigirnos a Múnich para asistir al espectacular concierto de Adele en el Messe München. Esta noche fue, sin duda, uno de los momentos más memorables del viaje (puedes leer la reseña completa del concierto aquí).
Día tres: centro de Múnich en verano.
A la mañana siguiente comenzamos el día devolviendo el auto en el aeropuerto, y luego disfrutamos de un brunch en Vollaths, un lugar acogedor con platos excelentes.
Desde aquí comenzamos nuestro recorrido por Múnich. Caminamos por el Hofgarten, un hermoso jardín renacentista lleno de historia y tranquilidad, ideal para relajarse en medio de la ciudad.
Luego nos dirigimos a la famosa Eisbachwelle, un lugar en que los surfistas locales desafían las olas artificiales en pleno corazón del Englischer Garten, creando un espectáculo único.
Más adelante pasamos por el Monopteros, un elegante templo griego que ofrece vistas panorámicas de los alrededores.
Seguimos avanzando y llegamos a la imponente Chinesischer Turm, una torre de estilo pagoda rodeada por uno de los biergärten más populares de Múnich, sitio ideal pardisfrutar de la auténtica cultura bávara.
Free tour en Múnich.
Posteriormente, hicimos un free tour por el centro de Múnich. Comenzamos en Marienplatz, donde el Rathaus-Glockenspiel nos deslumbró con su fascinante espectáculo de figuras en movimiento, una tradición que se remonta al siglo XVI. Cerca de allí visitamos la Iglesia de San Pedro, la más antigua de la ciudad.
Luego exploramos el bullicioso Viktualienmarkt, un mercado con más de 200 años de historia, lleno de productos locales y exquisitos embutidos bávaros. Pasamos por la icónica Hofbräuhaus München, la cervecería más famosa de esta ciudad y que data de 1589, antes de caminar por la histórica Drückebergergasse, una calle adoquinada que fue símbolo de resistencia silenciosa durante la era nazi.
El recorrido nos llevó a la majestuosa Odeonsplatz, un espacio que ha sido testigo de eventos históricos, tales como algunos célebres discursos de Hitler.
Visitamos el moderno centro comercial Fünf Höfe, conocido por su arquitectura vanguardista y exhibiciones de arte contemporáneo, y cerramos el recorrido en la Catedral de Múnich (Frauenkirche), cuyas torres góticas dominan el horizonte de la ciudad. En su interior, nos llamó la atención la famosa «huella del diablo», que según la leyenda, Satanás dejó al intentar entrar al templo.
Ya agotados, regresamos al hotel para descansar un rato. Más tarde salimos de nuevo sin alejarnos mucho, a cenar en Irmi, un restaurante que nos encantó. De vuelta en el hotel, nos relajamos viendo un programa de televisión de variedades que presentaba a artistas como Alphaville y Lou Bega, lo que añadió un toque nostálgico y divertido a la noche.
Día cuatro: BMW Welt y Olympiapark de Múnich.
El siguiente día lo iniciamos en la BMW Welt. Allí, además de admirar lo último en autos y motos de la marca, nos generó curiosidad una máquina robotizada que servía café.
Posteriormente fuimos al Olympiapark, un lugar lleno de historia y vitalidad. Construido para los Juegos Olímpicos de 1972, el parque combina arquitectura innovadora para aquella época con amplios espacios verdes.
Subimos a una colina que ofrece vistas panorámicas del recinto olímpico y de la ciudad de Múnich, incluyendo el impresionante Estadio Olímpico y la famosa Torre Olímpica, desde la cual se tienen algunas de las mejores vistas de la capital bávara, aunque estaba cerrada al momento de nuestra visita por reformas.
Además de su valor histórico, el Olympiapark sigue siendo un lugar lleno de vida y actividades, en el que muchos locales y turistas disfrutan de paseos, ciclismo o eventos al aire libre.
Al volver al hotel recogimos nuestro equipaje, nos comimos un pretzel en un café cercano y nos dirigimos al aeropuerto para regresar a Madrid.
Así fue nuestro paseo por Baviera y Múnich en verano.
Este viaje por Baviera fue una experiencia inolvidable que combinó la serenidad de verdes paisajes con la interesante historia y cultura de la región. Desde los majestuosos castillos y pueblos encantadores hasta el vibrante ambiente de Múnich, cada parada ofreció algo único. Cerrar nuestra última noche con el concierto de Adele fue la guinda perfecta para una aventura que nos dejó con el deseo de regresar.
Escrito por FUShoots y editado por LastMario.
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