primavera en peniscola costa del azahar

Primavera en Peñíscola, Costa del Azahar.

Visitamos la pintoresca ciudad costera de Peñíscola, situada en la provincia de Castellón, Comunidad Valenciana, como destino de nuestro viaje de primavera en la Costa del Azahar. En este lugar, encontramos una combinación perfecta de historia en su famoso castillo templario, playas rodeadas del espectacular entorno natural de la Sierra de Irta y un ambiente ideal para el descanso. Aquí compartimos nuestra experiencia en la Costa del Azahar.

Explorando la Costa del Azahar.

Buscábamos una playa en España para dar la bienvenida al verano de 2024, aprovechando el buen clima y la aún baja afluencia de turistas en finales de primavera. Nuestro destino, Peñíscola, se encuentra en la Costa del Azahar, a orillas del mar Mediterráneo, dentro de la provincia de Castellón, una de las tres que conforman la Comunidad Valenciana junto con Alicante y Valencia.

Turismo en Peñíscola.

Peñíscola es famosa por su impresionante casco antiguo, que se asienta sobre una pequeña península que se adentra en el mar y está coronado por el imponente Castillo de Peñíscola. Esta ciudad se caracteriza por sus playas de arena fina y aguas cristalinas, así como por su rica historia y arquitectura medieval. Bien conectada con otras ciudades importantes de la región, Peñíscola es un destino turístico popular tanto por su belleza natural como por su patrimonio cultural.

De Madrid a Peñíscola.

Salimos en auto desde Madrid rumbo a Peñíscola, pasando por Valencia. Tras casi cinco horas de viaje, llegamos a nuestro destino, donde el paisaje de la península de Peñíscola nos impresionó desde lejos. Nos dirigimos de inmediato al alojamiento que habíamos reservado en el encantador casco antiguo de la ciudad.

Por cierto, nuestro hospedaje, el Hostal Dios Está Bien, es totalmente recomendable. Atendido amablemente por sus dueños, el hostal destaca por su atención al detalle, con habitaciones bonitas, amplias y bien equipadas. En la azotea, cuenta con un solárium que ofrece una espectacular vista. Además, para empezar el día, tienen una buena variedad de desayunos acompañados de café de calidad.

Caminando el casco antiguo de Peñíscola.

Después de registrarnos, fuimos a comer. Luego aprovechamos para caminar un poco por el casco antiguo y llegamos hasta Playa Norte, una de las playas a la que se puede acceder fácilmente caminando desde cualquier punto de la ciudad, junto con Playa Sur. Era tarde de domingo y el malecón estaba animado.

Tomamos fotos y regresamos al casco antiguo, queríamos cenar algo y nos habían mencionado el bar Al Masset, en plena muralla de Peñíscola. Les recomiendo venir aquí al atardecer, tendrán una vista espectacular.

De noche, el casco antiguo adquiere un encanto especial; sus calles, rincones y lugares emblemáticos como el Castillo, el Faro, la Casa de las Conchas y el Bufador se ven envueltos en una atmósfera mágica.

El Castillo de Peñíscola.

Nos levantamos, disfrutamos de un delicioso desayuno en nuestro hospedaje y salimos a visitar el Castillo de Peñíscola.

El Castillo de Peñíscola, conocido también como el Castillo del Papa Luna, es una majestuosa fortaleza situada en lo alto de la ciudad. Construido entre 1294 y 1307 por los Templarios sobre los restos de una antigua alcazaba árabe, este castillo medieval es uno de los más importantes de la región.

Su fama se debe en gran medida a que fue la residencia del Papa Benedicto XIII, conocido como el Papa Luna, quien se refugió en el castillo durante el Cisma de Occidente. Con impresionantes vistas panorámicas al mar Mediterráneo, el castillo es un símbolo del rico patrimonio cultural de Peñíscola y un atractivo turístico que transporta a los visitantes a la época medieval.

No dejen de visitarlo; la entrada cuesta 5 euros, y en ciertos horarios hay visitas guiadas sin costo adicional. Estas visitas son una excelente oportunidad para conocer más sobre la fascinante historia del castillo y observar detalles que podrían pasar desapercibidos. Con la misma entrada, también pueden explorar el bonito Parque de Artillería, ubicado justo al lado.

Después de esta visita, la mañana se nos había pasado volando. Fuimos a comer en un restaurante fuera del casco antiguo, donde la oferta es amplia, con precios y menús similares. Habíamos dejado la visita a la playa para la tarde de este día.

Playas Pebret y Russo en la Sierra de Irta.

El Parque Natural Sierra de Irta, un espacio protegido ubicado al lado de Peñíscola, se extiende a lo largo de la costa mediterránea, abarcando una impresionante sierra litoral con paisajes montañosos, acantilados abruptos y calas escondidas como Pebret y Russo.

La Sierra de Irta es una de las pocas áreas costeras del Mediterráneo que permanecen prácticamente inalteradas por la urbanización, convirtiéndola en un refugio de biodiversidad y un paraíso para los amantes de la naturaleza.

Entre sus rutas de senderismo, los visitantes pueden descubrir antiguos castillos, torres vigías, como la de Badúm, y restos de masías tradicionales, mientras disfrutan de la flora y fauna autóctona, como el águila perdicera y diversas especies de plantas endémicas.

En nuestra investigación previa al viaje, descubrimos que las calas de Pebret y Russo eran una excelente opción para descansar lejos del bullicio y sin servicios, algo que nos confirmó la oficina de información turística de Peñíscola. Sin embargo, nos advirtieron que el acceso en auto podría estar restringido en temporada alta, lo que implicaría caminar o ir en bici.

Tuvimos la fortuna de visitar el lugar dos días antes del inicio de la temporada alta, lo que nos permitió conducir por un bonito sendero bordeado de acantilados hasta llegar a pocos metros de las playas. Totalmente recomendado el lugar: aguas cristalinas y cálidas, sin olas, con un suelo de arena y muy pocos bañistas. Aquí pasamos nuestra tarde.

De regreso, nos detuvimos en la Torre Badúm para tomar unas buenas fotos panorámicas y apreciar de cerca la flora del lugar. Luego regresamos al hostal, nos duchamos y salimos a cenar.

Última noche en Peñíscola.

Durante nuestra caminata por el casco antiguo, habíamos visto un restaurante italiano que nos llamó la atención. Después de varios días disfrutando de paellas, fideuás y pescado frito, nos apetecía una pizza. El restaurante se llama La Lanterna, y está ampliamente recomendado.

Después de una deliciosa cena, fuimos, cerveza en mano, al solárium del techo del hostal para disfrutar de la puesta del sol.

Hasta pronto, Peñíscola y Costa del Azahar.

Así terminó nuestro paseo por Peñíscola, en la Costa del Azahar, en la provincia de Castellón, Comunidad Valenciana. Disfrutamos de la rica historia del Castillo de Peñíscola, de las encantadoras calles del casco antiguo y de las vírgenes calas del Parque Natural de la Sierra de Irta.

¡Hasta la próxima!

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