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Qué hacer en verano en los Pirineos aragoneses.

Los Pirineos aragoneses tienen mucho para ofrecer a sus visitantes en verano. Aquí les contaremos qué hicimos en Jaca y los valles más importantes de esta zona de montaña durante cuatro días de este verano 2022. Un destino poco común para esta época del año y que esperamos les guste.

Planificación de nuestra visita a los Pirineos aragoneses.

Los Pirineos son la cordillera que separa a España de Francia, y geográficamente a la península ibérica del resto de Europa. Del lado español abarcan las comunidades autónomas de Cataluña, Navarra, País Vasco y Aragón, siendo esta última nuestro destino en esta ocasión.

Los Pirineos aragoneses, empezando por su capital de facto, Jaca (provincia de Huesca), son territorios ricos en historia por la importancia del Reino de Aragón en la antigüedad y formación de lo que hoy se conoce como España.

Decidimos hospedarnos aquí por la mayor oferta de hostelería y la ubicación privilegiada para poder conocer al máximo los valles en el menor tiempo posible.

Primer día – Visitando la Ciudadela de Jaca y el Museo de Miniaturas.

Nos levantamos temprano el sábado y tomamos carretera en Madrid para evitar las posibles congestiones viales típicas de los fines de semana de verano. Desayunamos algo en el camino, ya fuera de la ciudad, y enfilamos rumbo a Jaca.

Llegamos justo a tiempo para la comida y de entrada nos encontramos con que sin reserva iba a ser difícil comer en los sitios más populares de la ciudad. Sin embargo, conseguimos un menú en una terraza que no estuvo nada mal. Pronto entendimos que tendríamos que hacer reservas para los demás días.

Luego nos acomodamos en nuestro alojamiento, un apartamento vacacional con una preciosa vista a la Peña Oroel. Descansamos un ratito y salimos a hacer un recorrido por Jaca en donde vimos la calle Mayor, la Ermita de Sarsa, la Torre del Reloj, el Convento de Benedictinas, la Catedral de San Pedro de Jaca y finalizamos en el mayor atractivo de la ciudad, la Ciudadela de Jaca y el Museo de Miniaturas Militares.

La Ciudadela de Jaca, antes conocida como castillo de San Pedro, es una fortaleza construida en el siglo XVI. Los que hemos tenido la oportunidad de visitar fuertes en América encontraremos ciertas similitudes.

Se pueden visitar sus diferentes estructuras con o sin guía. Adicionalmente, la ciudadela alberga el Museo de Miniaturas Militares, una amplia y espectacular colección de dioramas y maquetas de guerra con figuras a escala.

Este museo es sumamente interesante y entretenido ya que, además de apreciar el espectacular detalle con el que son elaborados estos modelos, se puede repasar -o aprender- un poco de la historia forjada a través de las diferentes guerras que afectaron a España y al mundo.

Cerramos el día cenando en un restaurante iraní en Jaca. Una curiosidad culinaria que recomendamos probar alguna vez en el Restaurante Nadali.

Segundo día- Valle de Aragón en los Pirineos aragoneses.

Amaneció y tomamos el desayuno en casa para poder llegar temprano a nuestro primer destino del día de hoy: Astún, en el Valle de Aragón de los Pirineos aragoneses.

Astún es famoso por su estación de esquí, pero obviamente no estamos aquí por eso sino porque en verano ofrece unas atractivas rutas de senderismo. Llegamos a la estación de esquí, compramos nuestra entrada y tomamos el funicular. Luego de pasar sobre un gran rebaño de ovejas llegamos al Ibón de Truchas, el primero de los ibones que veríamos hoy.

Se deben estar preguntando, ¿qué es un ibón? Un ibón es un lago de origen glacial; básicamente es el agua almacenada del deshielo de un glaciar.

Aquí, junto a un guía, caminamos un rato hasta el ibón de Escalar. El guía es totalmente opcional, pero queríamos escuchar la charla sobre este delicado ecosistema y cómo está amenazado por la intervención del hombre.

Seguimos caminando un poco más y cruzamos la frontera con Francia en plena montaña disfrutando de unas espectaculares vistas. Se puede avanzar más hasta completar la ruta de los Siete Ibones, pero nosotros decidimos regresar para poder hacer más cosas este día.

Almorzamos un bocadillo en la estación de esquí y descendimos contentos: hicimos algo de senderismo, aprendimos un poco sobre los ibones, disfrutamos de bellas vistas y llegamos a Francia andando.

Ya de regreso hacia Jaca paramos en Canfranc, pueblo famoso por su magnífica estación de tren. Al leer un poco sobre dicha estación entendimos que debió haber sido importante durante la Segunda Guerra Mundial y así fue, incluso hay una novela muy famosa (Volver a Canfranc, de Rosario Raro) inspirada en esta turbulenta época. Aquí aprovechamos para tomarnos un café y después comer un heladito.

En la parte más al sur de la estación, por donde está la central eléctrica de Canal Roya, unas rutas de senderismo cruzan por allí, incluyendo el Camino de Santiago. Pueden acercarse y aprovechar para observar uno de los tantos búnkeres de la línea P (Pirineos) de la Guerra Civil Española que se encuentran en la zona.

Seguimos con rumbo hacia Jaca y nos desviamos del camino para visitar el Dolmen de Letranz, en la población de Villanúa. No fue tan impresionante como esperábamos, pero siempre me gusta ver estos monumentos megalíticos y en Los Pirineos hay varios. Si esto no les anima, en el camino de acceso encontramos el Mirador de Espeñeta con una vista sobre el valle que bien vale la pena admirar.

Regresamos a nuestra base de operaciones, nos refrescamos, salimos a cenar y nos recogimos temprano para reponer energías.

Tercer día – Valle de Tena en los Pirineos aragoneses.

Hoy no teníamos prisa en salir, así que nos tomamos el desayuno con más calma en un agradable sitio que descubrimos en Jaca (L’Tahonilla).

En nuestro itinerario del día nos tocaba visitar el Valle de Tena, formado por el cauce ancestral del río Gállego. A diferencia del día anterior, recorrimos el valle de sur a norte, empezando por Biescas.

El primer punto de parada fue el conjunto formado por el Dolmen de Santa Elena, el Fuerte de Santa Elena, la Ermita de Santa Elena (enclavada en un bello escenario) y el búnker que allí se encuentra. Pueden aparcar el coche y caminar todo aquello; no es exigente, pero sería ideal que lleven calzado adecuado para caminos con piedritas.

Más al norte pasamos por El Pueyo de Jaca, donde aprovechamos para tomarnos un refresco y acercarnos a Panticosa, otra frecuentada estación de esquí.

Pero para estaciones de esquí famosas está Formigal. Allí nos detuvimos a comer, ya muy cerca de la frontera con Francia. En esta zona hay paso fronterizo por carretera que llega al famoso puerto de montaña Col du Pourtalet, donde disfrutamos de una magnífica vista, un rebaño de ovejas colapsando la vía y muchos franceses comprando licor del lado español, ya que es más barato.

Ya retornando -hacia el sur- completamos el recorrido con la visita a varios pueblitos muy pintorescos como Sallent de Gállego, Hoz de Jaca (a la orilla del Embalse de Búbal) y Piedrafita de Jaca, del otro lado del valle y que ofrece el interesante Centro de Interpretación de Brujería en el Alto Gállego. Resulta que esta zona de Los Pirineos es conocida por supersticiones y leyendas que giran en torno a la brujería, algunas incluso de data reciente.

De vez en cuando escuchábamos en las conversaciones de la gente un idioma que al principio no supimos identificar; luego supimos que era el aragonés, muy difundido en esta zona. También aparecía con frecuencia en los avisos en la calle, sobre todo en casas y comercios.

Terminamos nuestro acercamiento a Jaca en el Fuerte de Rapitán. Aquí podrán apreciar esta interesante estructura, disfrutar de una espectacular vista de Jaca y un atardecer medianamente interesante.

Para finalizar, repetimos la rutina del día anterior: a refrescarnos en casa, cena en la calle y descansar.

Cuarto día – Valle de Hecho, Ansó y algo extra cerca de Jaca.

Salimos a desayunar a una de las típicas terrazas que se pueden encontrar en Jaca y nos dirigimos a nuestro último destino del viaje, el Valle de Hecho y Ansó.

El Valle de Hecho está formado por el río Aragón Subordán y fue justamente en la población de Hecho, a las orillas de dicho río, donde hicimos nuestra primera parada del día. Caminamos por sus calles y admiramos las fachadas de sus edificaciones.

Seguimos ascendiendo por este valle y llegamos a la pequeña población de Siresa, de la que destaca su monasterio y al que se puede acceder previo pago.

Rodamos un poco más hacia el norte y la estrecha vía que bordea al río se iba poniendo cada vez más complicada. No vimos necesario seguir si no íbamos a realizar alguna clase de senderismo, así que regresamos a Hecho y tomamos el desvío hacia el Valle de Ansó, el más pequeño de los que visitamos en este viaje. El objetivo aquí era sencillo: visitar la población de Ansó, en la ribera del río Veral, y responsable de este valle muy cercano ya al Reino de Navarra.  

Ansó resultó ser otro bonito pueblo como los otros tantos que visitamos, pero con una particularidad: ya se nota la influencia navarra, en especial en la comida. Totalmente recomendado el Restaurante Maiberal, una de las pocas sorpresas en este viaje de cuya hostelería esperábamos algo más.

Caminamos por sus calles, visitamos la bonita iglesia y vimos toda clase de amuletos en las puertas, como en el resto de los pueblos del pirineo aragonés; un recordatorio de lo supersticiosos que son por aquí.

Monastererio de San Juan de la Peña.

Cuando regresábamos nos dimos cuenta de que aún nos quedaba tiempo para algo más, así que hicimos algo fuera de la planificación. Fuimos hasta el Monasterio de San Juan de la Peña, en las montañas a las que tenemos vista desde nuestro hospedaje (Monte Oroel)

En esa zona conseguirán el nuevo y el viejo monasterio, además de algunas rutas para caminar y miradores. El acceso a los monasterios es un poco caro para lo que ofrecen, pero eso ya queda a criterio de cada uno. A nosotros nos fue bien haciendo una caminata interpretativa hasta un mirador.

Regresamos a Jaca para recoger nuestras cosas y salir rumbo a Madrid al día siguiente. Nos fuimos encantados de Los Pirineos aragoneses, su geografía y su historia. Seguramente volveremos.

Hasta la próxima.

Escrito por FUShoots y editado por LastMario.

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