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3 días de verano por el Norte de Italia: Bérgamo, Verona, Padua, Milán y Como.

¿Te imaginas recorrer varias ciudades icónicas del norte de Italia en solo tres días? Aunque pueda parecer poco tiempo, te aseguro que es posible y, además, increíble. Nuestro viaje comenzó en Milán y nos llevó por lugares históricos, paisajes de ensueño y rincones menos turísticos. Aquí te comparto cómo lo hicimos para que puedas planear tu propia escapada exprés veraniega por esta mágica región de Italia.

Día 1: Llegada a Milán y visita a Bérgamo, joya de Lombardía.

Aterrizamos en el aeropuerto de Milán Malpensa alrededor del mediodía, en plena Lombardía, una de las regiones más prósperas de Italia. Después de recoger el coche de alquiler, nos pusimos en marcha hacia nuestra primera parada: Bérgamo, también ubicada en Lombardía. Aunque no teníamos mucho tiempo, no podíamos dejar pasar la oportunidad de conocer esta joya medieval.

Hicimos una parada en la ciudad para comer algo antes de explorar la zona turística, en Spacca Bergamo, una cadena de comida rápida en donde preparan unos deliciosos spaccas.

Con la barriga llena y el corazón contento, subimos a la Città Alta (Ciudad Alta), una elección perfecta para nuestra primera tarde en Italia. Paseamos por sus calles empedradas y disfrutamos de las vistas de la ciudad desde sus murallas.

Empezamos el recorrido por la Piazza Mercato delle Scarpe y seguimos hacia la Piazza Vecchia, en donde se pueden admirar la Catedral de San Alejandro y la Capilla Colleoni.

Nos costó un poco encontrar el lugar en donde habíamos aparcado nuestro auto, pero finalmente lo ubicamos gracias a que las fotos guardan las coordenadas en donde fueron tomadas.

Continuamos nuestro camino hacia un alojamiento en Castelnuovo del Garda, cerca del Lago di Garda, donde pasamos la noche para estar más cerca de las aventuras del día siguiente.

Tip: Dormir cerca del Lago di Garda es una excelente opción para estar cerca del Santuario Madonna della Corona y de las siguientes paradas del itinerario.

Día 2: Santuario Madonna della Corona y el encanto de Verona y Padua en el Véneto.

Santuario Madonna della Corona en el Norte de Italia.

Nos adentramos en la región del Véneto, famosa por sus ciudades llenas de historia y su importancia cultural en Italia. La primera parada fue el impresionante Santuario Madonna della Corona, que se encuentra al límite entre Véneto y Trentino.

Este santuario, enclavado en la roca de una montaña, es uno de esos lugares que te dejan sin aliento.

La caminata desde el pueblo más cercano fue una de las mejores partes del día, aunque también puedes optar por con tu auto o en bus. El santuario transmite una serenidad que es difícil describir, pero las vistas desde allí son espectaculares.

Balcón de Julieta en Verona.

Tras esta experiencia, seguimos rumbo a Verona, una de las ciudades más románticas del Véneto.

Más allá del famoso balcón de Julieta, Verona tiene mucho que ofrecer: desde la imponente obra romana de la Arena de Verona hasta la animada Piazza delle Erbe en la Città Antica. La ciudad es perfecta para perderse entre sus calles, disfrutar de su famoso café en un lugar tradicional como el Caffé Borsari, y empaparse de su ambiente histórico.

Almorzamos y luego hicimos una parada en un interesante negocio llamado Eataly Verona, una especie de centro gastronómico de productos italianos en donde sirven platos y tiene supermercado. Aprovechamos para comprar café en grano. De aquí nos fuimos a Padua, donde pasaríamos la noche.

Cappella degli Scrovegni de Padua.

Por la tarde llegamos a Padua, otra joya del Véneto, con su ambiente universitario y su impresionante arquitectura medieval.

Tras dejar las maletas en el hotel, aprovechamos el tiempo para pasear por el Prato della Valle, una de las plazas más grandes de Europa, con un helado comprado en una de las gelaterias más famosas de Italia, la Portogallo.

Exploramos el casco antiguo de Padua, con su ambiente relajado y menos turístico que otras ciudades italianas. Caminamos buena parte de la Via Umberto I.

Pasamos por el Ghetto di Padova, el bonito Palazzo Bo, la Piazza Garibaldi y llegamos al Giardini dell’Arena, donde se encontraba nuestro destino de esta tarde-noche: la impresionante Cappella degli Scrovegni.

En esta capilla encontrarán unos impresionantes frescos de Giotto que datan del siglo XIV, considerados obra cumbre del arte occidental.

Tip: la capilla tiene acceso restringido y no siempre hay entradas disponibles, así que planifiquen con tiempo su visita. Nosotros hicimos una de las visitas nocturnas.

Día 3: La Basílica de San Antonio de Padua y un día en Milán.

El penúltimo día comenzó temprano en Padua, con una visita a la impresionante Basílica de San Antonio, uno de los destinos de peregrinación más importantes de Italia. Este lugar es espectacular, tanto por su arquitectura como por su atmósfera. Tras la visita, nos preparamos para continuar el viaje.

Originalmente, queríamos pasar por el Lago di Garda de regreso a Milán, pero al llegar nos encontramos con un atasco monumental de turistas. Así que, en lugar de perder tiempo en el tráfico, decidimos seguir directo hacia Milán.

Era la hora de comer, así que buscando en el móvil y encontramos un lugar que pintaba bien en Ghedi, cerca de Brescia. La Trattoria La Rosa resultó siendo un éxito.

La Galería Vittorio Emanuele II y el Duomo de Milán.

Regresamos a la región de Lombardía. En Milán nos registramos en nuestro hotel y dejamos el auto; esta vez caminaríamos y usaríamos transporte público.

Hicimos un recorrido que empezaría en el Arco della Pace, atravesaríamos el Parque Sempione y llegaríamos al Castello Sforzesco (Castillo de Los Sforza).

Seguimos andando, pasamos por el Teatro allá Scala y la impresionante Galería Vittorio Emanuele II. Yaestábamos a pocos pasos del punto más emblemático de la ciudad:el Duomo de Milán. Allí nos entretuvimos un buen rato admirando la grandeza de esta catedral.

Tomamos el tranvía y nos fuimos hasta el distrito de San Siro para ver por fuera el estadio de fútbol en donde juegan el AC Milan e Inter.

Estábamos bastante cansados después de un día tan movido, pero la energía de Milán nos contagió y disfrutamos de la ciudad tanto como pudimos en el tiempo que teníamos.

Tip: Si vas con tiempo limitado como nosotros, enfócate en las principales atracciones de Milán, como el Duomo y la Galería Vittorio Emanuele II, para asegurarte de ver lo esencial.

Día 4: El majestuoso Lago de Como y regreso a Madrid.

El último día, antes de regresar a Madrid, lo dedicamos a una escapada rápida al Lago de Como. A solo una hora de Milán, Como es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la belleza natural.

A orillas del lago destacan el Monumento ai Caduti y el Tempio Voltiano. Caminamos por allí, simplemente disfrutando de la tranquilidad del lugar, antes de emprender el regreso al aeropuerto.

Con las energías recargadas y un montón de recuerdos, nos dirigimos al aeropuerto de Milán Malpensa para tomar el vuelo de regreso a casa.

Consejos para tu viaje por el Norte de Italia.

Transporte: Alquilar un auto es la mejor opción para moverte con rapidez entre los distintos destinos. Aunque los trenes en Italia funcionan muy bien, el coche te ofrece más flexibilidad.

Cuándo ir: Las mejores épocas para hacer este viaje son la primavera y el otoño, cuando las temperaturas son agradables y hay menos turistas. Nosotros fuimos en verano y ya vieron lo que nos pasó en el Largo di Garda. En Verona también había muchos turistas. Sin embargo, disfrutamos del viaje.

Gastronomía: Cada ciudad tiene sus propias delicias locales. No te limites a la pizza y la pasta; prueba los platos tradicionales de cada región y no dejes de degustar del gelato y el café italiano.

Alojamiento: Para maximizar tu tiempo, te recomiendo alojarte cerca de los puntos clave del itinerario, como el Lago di Garda, Padua y Milán.

Conclusión: Un viaje exprés lleno de magia por el Norte de Italia.

En solo tres días, pudimos explorar algunos de los rincones más fascinantes del norte de Italia, desde la serenidad medieval de Bérgamo hasta el romanticismo de Verona y la riqueza cultural de Padua. La vibrante Milán nos ofreció una mezcla de modernidad e historia, mientras que la belleza natural del Lago de Como fue el broche de oro de esta aventura.

A pesar de lo corto que fue el viaje, logramos disfrutar de paisajes únicos, arquitectura impresionante y, por supuesto, de la deliciosa gastronomía italiana. Sin duda, esta escapada exprés nos dejó con ganas de volver y seguir explorando todo lo que Italia tiene para ofrecer.

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