Destino por excelencia del Caribe mexicano, la Riviera Maya combina paradisíacas playas, ruinas de antiguas civilizaciones, cultura, diversión en familia, compras y fiesta en el entorno de la península de Yucatán, en el sureste de México.
El objetivo principal de este viaje es visitar una de las siete maravillas del mundo moderno: Chichén Itzá. Alrededor de este especial paseo decidimos conocer sitios como Cancún, Tulum, Valladolid, Mérida y Playa del Carmen.
Para visitar esta zona, básicamente hay que decidir entre dos grandes opciones: en tour o por tu cuenta. En tour consiste en quedarse en un hotel o resort y comprar los paseos. Nosotros lo hicimos por nuestra cuenta, pero de la manera más “cómoda”: rentando un auto. Digo “cómoda” porque rentar y conducir un auto en un país ajeno siempre tiene sus detalles a tomar en cuenta y definitivamente no es para todo el mundo. También se puede hacer por tu cuenta en buses, pero pierdes la flexibilidad de hacer lo que exactamente quieras.
Nuestro punto de partida fue el Aeropuerto de Cancún el 22 de diciembre. Allí hicimos valer una reservación en la empresa Mex Rent a Car. El retiro del auto fue un poco desagradable porque nos topamos con el típico empleado que te intimida para que adquieras todos los seguros. No hace falta: esto puede duplicar o más el costo del arriendo, simplemente hay que tomar ciertas previsiones y si tu tarjeta de crédito tiene seguro de renta de autos, mejor aún.
Como aprovechamos para pasar las fiestas decembrinas en la zona, tuvimos previamente que decidir en donde íbamos a querer pasar el 24 y el 31. La escogencia fue 24 en Playa del Carmen, por lo tanto apenas tomamos el auto salimos en dirección a este pueblo a menos de una hora de Cancún.
Playa del Carmen
En Playa del Carmen nos quedamos en un hotel que se encuentra cerca de la 5ª avenida –la zona con más actividad comercial y turística- pero lo suficientemente alejado para poder descansar cuando lo deseáramos. No desayunamos allí ya que había muchas opciones relativamente cerca y un Walmart para compras. Por cierto, si vienen de Latinoamérica no se preocupen si se les olvidó traer algo como protector solar o repelente de insectos, aquí podrán conseguir lo que quieran a igual o mejor precio que en su país de origen.
Apenas llegamos a Playa del Carmen, ya de noche, salimos a buscar la famosa 5ª avenida. Caminamos un tramo de ella, nos tomamos unas Coronas y picamos unos nachos; algo más típico que eso sería imposible.
Sobre la marcha íbamos decidiendo qué hacer en cada sitio en el que nos quedamos.
Cozumel
Así fue como decidimos el 23, después de desayunar en un sitio típico, tomar un ferry con el auto (También hay otros ferries para sólo pasajeros) y visitar Cozumel: una isla relativamente grande que se encuentra al frente de Playa del Carmen y muy recomendada para hacer snorkeling.
Parque Chankanaab
Así que fuimos en búsqueda de esta actividad y elegimos ir –entre las variadas opciones que hay- al parque Chankanaab. Apenas llegamos al sitio almorzamos. Preferimos pedir algo ligero y no comer en el buffet que ofrecían con insistencia por aquello de que íbamos a nadar después. Paseamos por el sitio: todo bastante bonito. Vimos el show de Lobos Marinos: viene incluido con tu pase y vale la pena, uno de los atractivos del lugar. Después fuimos a hacer snorkeling en el área que tienen destinada para ello. Tuvimos la asistencia del salvavidas del lugar ya que no sé nadar y había que adentrarse un poco en el mar para poder ver lo más interesante: una virgen que tienen allí hundida y el arrecife de coral. Disfrutamos un montón la actividad y el señor se ganó bien su propina. Hay más actividades en el parque para las cuales se debe pagar algo extra, siendo la más interesante la interacción con delfines.
Visitando Cozumel.
Después del parque decidimos irnos dirección sur para recorrer la isla con el auto: se le puede dar la vuelta completa en menos de una hora y bien vale la pena ya que se pasa por unos puntos bien interesantes como el Mirador San Martín y la Punta Sur. Vayan siempre pendientes del paisaje. Nos quedó por visitar San Gervasio: un sitio con ruinas mayas al que llegamos cuando ya estaba cerrado así que decidimos relajarnos tomando un café –terrible por cierto- y un pastel con queso de bola –bastante bueno-.
Ya de vuelta al centro de Cozumel y mientras esperábamos el ferry caminamos por la Av. Rafael Melgar, ubicada junto al mar. Allí van los turistas a comer, hacer compras o simplemente caminar por la orilla de la playa. Cenamos y tomamos nuestro ferry de vuelta. Aún nos quedaban energías para caminar por otro tramo de la 5ª avenida de Playa del Carmen resultando ser más interesante y entretenido que el ya conocido por nosotros.
Navidad en Playa del Carmen
24 de diciembre, víspera de Navidad, desayunamos satisfactoriamente en otro lugar y nuevamente nos dirigimos a la 5ª avenida: había ofertas en ropa de marca a muy buenos precios, los mejores que llegamos a ver en nuestro viaje, así que tuvimos el acierto de hacer nuestras compras allí. Almorzamos en un sitio típico en donde nos atendieron muy bien: aprovechen para comer y beber mexicano todas las veces que puedan, es relativamente barato en comparación con otros lugares similares en el Caribe.
Más tarde pasaríamos por el Palacio Municipal, donde se presentaban grupos de música folklórica, y por la Iglesia Nuestra Señora del Carmen para apreciar parte de las costumbres mexicanas de estas fechas. Más tarde volvimos a la 5ª avenida para buscar el sitio en donde pasar la Navidad –no se estresen si no tienen reservaciones, siempre hay opciones disponibles- y seleccionamos un local de música rock en vivo. La pasamos genial allí: la comida –a la carta- estuvo buena y la banda tocó muy bien. El show lo pusieron los gringos –como casi siempre- cantando y bailando.
El 25 nos levantamos un tantito tarde y fuimos a caminar por la playa. Luego desayunamos en un sitio americano de waffles y seguimos nuestro viaje con una apretada agenda para el día que finalizaría en Tulum. En la Riviera Maya deben hacer varias cosas obligatoriamente, una de ellas es visitar un cenote. La Península de Yucatán es de piedra caliza, la capa de tierra es muy delgada y no hay ríos ni lagos, aunque sí hay ríos subterráneos; a esos ríos los llaman cenotes.
Cenote Dos Ojos
Nos dirigimos a uno de los cenotes más famosos, el de Dos Ojos, ya bastante cerca de Tulum. Allí hicimos snorkeling. Por cierto, en casi todas partes prestan o alquilan estos equipos, pero nosotros cargábamos el nuestro. Allí también pueden hacer buceo. Tomamos las fotos pertinentes y nos regresamos vía Playa del Carmen para nuestra siguiente parada del día: Xcaret.
Xcaret
Entramos como almas llevadas por el diablo a uno de los parques más famosas de la Riviera Maya para tratar de ver lo máximo posible en el poco tiempo que teníamos. Compramos entrada con buffet: habíamos leído que eran espectaculares, y de verdad valió la pena, almorzamos muy bien. Empezamos a caminar rápidamente el parque para tratar de ver lo máximo posible de las atracciones incluidas con la entrada (Si, hay varias atracciones especiales que se pagan aparte)
Nos gustaron mucho el acuario, el aviario y el mariposario. La playa y recreación de pueblo maya también están muy bien, además hay auténticas ruinas mayas dentro del parque. Ya entrada la noche fuimos a ver el show México Espectacular, un recorrido por la historia de México con múltiples artistas y músicos en escena, realmente muy recomendable.
De salida pasamos por la Capilla de Guadalupe, una iglesia bien interesante. Nos quedamos con las ganas de recorrer el río subterráneo, subir a la torre para la vista panorámica del parque y relajarnos un rato en la playa, pero sin duda valió la pena el apuro. De aquí tomamos carretera nuevamente en vía hacia nuestro próximo destino: Tulum. Allí dormiríamos esa noche.
Tulum
26 de diciembre, ya estamos en Tulum, uno de los sitios de moda en la Riviera Maya. El que esté de moda y tenga relativamente poca oferta de servicios hace que sea especialmente caro al compararlo con el resto de los pueblos que visitamos en el área. Desayunamos en un sitio –La Coqueta- a escasos metros del hotel, en donde comimos muy rico a muy buen precio.
Como ya era un poco tarde, y siguiendo las recomendaciones de la recepcionista del hotel, cambiamos un poco los planes. Pensábamos visitar las famosas ruinas mayas de Tulum este día, pero nos recomendaron hacerlo a primera hora de la mañana para evitar las altas concentraciones de gente, así que nos fuimos a ver la reserva de Sian Ka’an.
Sian Ka’an
Lo ideal es ir con un SUV o 4×4 ya que se encontrarán barro en la vía, pero con el auto pueden circular por vías tupidas de vegetación, llegar a ver las playas, el puente en donde se junta el agua salada con la dulce y el centro de visitantes de la reserva. También hay paseos en lancha, pero no lo tomamos porque estamos familiarizados con este tipo de ecosistemas de manglares; con más tiempo sin duda lo habríamos hecho ya que nos daba la oportunidad de ver fauna de la zona. Paren en el centro de visitas, tienen una torre de observación desde donde pueden tomar una espectacular panorámica.
Cabe destacar que para llegar a la reserva hay que tomar la carretera 15; en ella se encuentra la mayoría de los hoteles, hostales, spas y restaurantes más chic de la zona, haciendo aún más interesante el recorrido.
Ya de regreso fuimos a almorzar a un restaurant italiano -La Nave-, de verdad excelente. Más tarde saldríamos a caminar el centro de Tulum, en especial por la calle Centauro, donde nos tomamos un buen café. Luego llegaríamos hasta el ayuntamiento del municipio en donde nos sorprendió escuchar cientos de pájaros en los árboles de la plaza ya entrada la noche. Regresamos al hotel y en la vía paramos a tomarnos unas cervezas y picar algo.
Zona Arqueológica de Tulum
El 27 nos tocaba otro día con agenda apretada. Arrancamos muy temprano y fuimos de los primeros en la fila a las 8:00am para comprar las entradas a la Zona Arqueológica de Tulum y pudimos disfrutarla casi vacía. Totalmente recomendado hacer este recorrido: son las ruinas más importantes de la Riviera Maya y uno de los grandes atractivos de la zona.
Cobá
De aquí arrancamos vía Cobá, otro importante yacimiento arqueológico maya cuya pirámide central es la más alta de la Península de Yucatán –si, es más alta que Chichén Itzá-. Dentro del lugar alquilan bicicletas: gran opción para poder hacer el recorrido rápidamente.
Valladolid
Terminamos aquí y seguimos nuestro camino saliendo de Quintana Roo –Estado en donde se encuentra la Riviera Maya- y entrando a Yucatán haciendo parada en Valladolid. En este pueblo colonial probamos comida típica yucateca en un famoso restaurante –El Atrio del Mayab- Visitamos los alrededores a pie: la calzada de Los Frailes, el Parque Francisco Canton Rosado y la Iglesia San Servacio.
Mérida
Continuamos rodando y finalmente llegamos a Mérida, en donde pasaríamos tres noches. Erróneamente seleccioné el Ibis Style Mérida, digo erróneamente porque debimos habernos quedado en el otro Ibis de la ciudad o en cualquier hotel que se encuentre cerca del Paseo de Montejo, la principal avenida de la ciudad y orgullo de los meridanos.
Tomamos nuestro desayuno del 28 en el Hotel y salimos vía centro para hacer el walking tour que ofrece la oficina de turismo de la ciudad gratuitamente a los turistas. Sólo tienen que darle una propina al guía, si así lo desean. Este walking tour es un imprescindible ya que con él conocen un poco sobre la historia de Mérida: de cómo fue construida por los españoles usando las piedras de la ciudad maya abandonada en ese sitio, la importancia de la familia Montejo en su desarrollo y la construcción de la primera catedral en América, entre otros interesantes datos históricos, a medida que recorren los principales edificios en torno a la Plaza Grande. Una vez terminado el tour pueden ir al Parque Santa Lucía, queda allí cerca, aunque la hora ideal es en la tarde para comer algo o tomarse un café. En la noche volvimos a la Plaza Grande para ver el show de luces e imágenes proyectadas sobre la fachada de la Catedral. Mientras esperamos nos sentamos un rato en el agradable Pasaje de La Revolución cuyo techo está iluminado con luces navideñas.
Visitando Progreso.
El 29 decidimos visitar el mar en esta zona de la Península de Yucatán. Para ello se toma la carretera 261 y en unos pocos minutos se llega al pueblo costero de Progreso. Nos gustó: una amplia playa de arenas blancas que forma parte del Golfo de México, casas de vacacionistas, restaurantes tradicionales. Definitivamente una postal más auténtica de ambiente playero mexicano para mexicanos. Después de disfrutar un rato el paisaje regresamos a Mérida para almorzar y hacer la siesta por primera vez en varios días. Salimos nuevamente hacia el centro en la tarde a hacer unas compras –aquí hay buenos precios- y a hacer el walking tour del Paseo Montejo. Este tour también es gratis y es bien interesante porque les cuentan el significado de las estatuas y monumentos que allí se encuentran, así como un poco de la historia de algunos de los palacetes de la avenida que rememoran la otrora riqueza de la ciudad blanca gracias a la explotación del sisal a principios del siglo XX.
Chichén Itzá
El 30 nos levantamos muy temprano para desayunar y salir de inmediato a visitar uno de los objetivos principales de este viaje: Chichén Itzá. Con la cantidad de visitantes que se pueden imaginar recibe diariamente, queríamos llegar temprano para poder estacionar sin tanto problema y apreciar los edificios sin tanta gente. Lo logramos, a medias. Sin embargo no nos podemos quejar, estacionamos cerca y no había un despelote de gente en el sitio.
Dato importante: coordinen con alguno de los guías que se encuentran antes o después de la entrada: pueden regatear el precio, armar un grupo, etcétera; esto enriquecerá su visita, ya que les contarán algunos datos interesantes sobre el sitio. Apenas entramos al área del Castillo -la pirámide- se siente esa energía especial que sólo algunos sitios pueden transmitir.
Lamentablemente nos llovió varias veces y no estábamos preparados, así que tocó protegerse en los tarantines de ventas de recuerdos que allí se encuentran. Sin embargo, apreciar el lugar justo después de la lluvia le dio un toque especial. Vayan preparados para invertir al menos un par de horas en el lugar y si quieren ver todo con detalle, unas tres horas. Nosotros nos conformamos con el recorrido de dos horas del guía, más que suficiente para entender la importancia del lugar y el ingenio con el cual fue construido.
De regreso a Valladolid.
A medida que salíamos la cantidad de gente entrando era cada vez mayor, así que a madrugar. De regreso volvimos a parar en Valladolid para almorzar en La Calzada, un sitio sin mayores pretensiones en la Calzada de Los Frailes que estuvo muy bien. Después paramos por un café en todo el cruce de la calzada con la Calle 46, una tienda de artesanía llamada Kux Tal Arte Popular. Todo era bastante caro pero pudimos tomarnos el mejor café de este viaje, ténganlo en cuenta.
De allí volvimos a tomar carretera vía Cancún, nuestro último destino del viaje.
Cancún
Llegamos al hotel y aprovechamos de una vez para dar una vuelta por la ciudad y darnos cuenta de un par de cosas. Cancún está dividida en dos: la ciudad como tal y la Zona Hotelera, por lo tanto a la hora de ir pienso que se debe tener claro lo que se quiere: si van para estar unos días en Cancún, visitar sus playas, piscina, hacer shopping de lujo y visitar los antros más in, deben quedarse en la Zona Hotelera y pagar el consiguiente precio Premium de habitación. Si solo van de paso, les sirve quedarse en la ciudad como tal. ¿Por qué les digo esto? Para ir de la ciudad a la Zona Hotelera hay que rodar unos cuantos kilómetros, eso implica tomar un bus, los cuales funcionan muy bien a toda hora, conducir –no recomendable si van a beber- o un taxi – poco aconsejable porque simplemente son unos ladrones-. No hay Uber, Cabify ni nada de eso. Nos quedamos en un hotel en la ciudad, Adhara Hacienda Cancún. Tuvimos que pedir cambio de habitación por los múltiples problemas que presentó la primera, así que no se los recomiendo para nada.
Fin de Año en Cancún
Así amanecimos en Cancún el 31 de diciembre de 2018. Desayunamos cada día en un sitio distinto, entre los más tradicionales en Cancún y en los que siempre estuvimos rodeados de gente local. El que más nos gustó fue el Wafle Butique, ténganlo en cuenta. Este día arrancamos con una misión: buscar en donde pasar el 31. Aquí no estábamos como en Playa del Carmen que a pocas cuadras tenías un boulevard peatonal con un abanico de opciones. Por ello si no querías recibir el año en tu hotel tenías que ver adónde ir.
Almorzamos, coordinamos la cena de fin de año y caminamos un rato por algunas de las pocas playas gratis que hay en la Zona Hotelera; muy bonitas , como todas las que vimos en la Riviera Maya, pero con el mar enfurecido. Volvimos a nuestro hotel, descansamos un rato y nos preparamos para ir a nuestra fiesta.
Hard Rock Café Cancún.
Tomamos un taxi del hotel –lo mejor que pueden hacer- y nos dirigimos a la Zona Hotelera. Decidimos recibir 2019 en el Hard Rock Café Cancún, su relación precio / valor nos pareció la mejor y de verdad no tenemos quejas: la comida, el ambiente, la bebida y la música en vivo estuvieron excelentes. Nuevamente un grupo de gringos alborotaron el avispero al que primero nosotros y luego más gente se unió. La parte trasera del local topa con la playa e incluso pudimos disfrutar un rato de la fiesta –tropical- de al lado.
¿Recuerdan cuando les dije que los taxistas eran unos ladrones? El viaje de venida desde el hotel costó 170 pesos, varios taxistas nos pidieron 600 pesos para regresar. Con unos cuantos tragos de Jim Beam en la cabeza los mandamos de paseo y decidimos tomar un bus que resultó barato y nos dejó rápidamente a pocas cuadras de nuestro hotel.
Isla Mujeres
1º de enero. El plan de hoy era playero así que fuimos a visitar Isla Mujeres. Para ello también se puede tomar un ferry con el auto o uno para pasajeros. Decidimos dejar el auto esta vez ya que Isla Mujeres es pequeña y nos fuimos en el ferry de pasajeros. Muy buen servicio, por cierto. El boleto es un poco caro pero ponen a funcionar sus ferries con más frecuencia de la esperada para mover lo más rápido posible a los muchos turistas.
El trayecto es relativamente corto y fue bien amenizado por músicos que sólo pedían una propina. Una vez en la isla nos fuimos a pie hasta Playa Norte, la mejor del lugar. Allí conseguimos un pequeño espacio en la poblada arena y sin rentar sillas ni toldo nos echamos un rato; vimos el cielo, las palmeras, nos bañamos y nos fuimos a almorzar.
Habíamos tratado de rentar un carrito de golf apenas llegamos pero desistimos porque estaba complicado conseguir uno, así que lo dejamos para esta hora de la tarde y fue buena decisión. Lo rentamos por una hora en Ppe’s Rental –totalmente recomendado- y le dimos la vuelta a la isla,algo que toma aproximadamente una hora entre tráfico y paradas estratégicas para tomar fotos, especialmente en Punta Sur. Regresamos el carrito con el tiempo exacto cumplido, nos tomamos el respectivo café de la tarde y fuimos a hacer nuestra fila para tomar el ferry de regreso. Nos tomó allí el espectacular atardecer. Al llegar a Cancún fuimos a cenar pizza y a dormir.
El Rey y Playa Delfines
2 de enero. Llegó el día final del viaje. Empezamos visitando la zona arqueológica El Rey, hacia el final de la Zona Hotelera. Es un sitio que pueden visitar si les queda algo de tiempo pero que no tiene nada de extraordinario, en especial si ya fueron a Cobá, Tulum o Chichén Itzá. Pueden aprovechar y cruzar la calle y allí tienen Playa Delfines. Pueden disfrutar de la playa o simplemente sacar una foto desde el mirador. El resto del día lo pasamos almorzando, paseando por los centros comerciales y descansando.
Así llegó a su final esta aventura en la que tuvimos la oportunidad de visitar una de las maravillas del mundo moderno, conocer una interesante ciudad como Mérida y disfrutar de las playas y el ambiente de la Riviera Maya.
Escrito por FUShoots. Edición de texto por Lastmario.
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Una respuesta a “Turismo en la Riviera Maya y Península de Yucatán – México”
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