Tuvimos la oportunidad de presenciar un concierto de tal vez el principal exponente del pop tradicional americano de la actualidad. Hablamos del canadiense Michael Bublé, a quien vimos en el WiZink Center en Madrid, España.
Este pasado 30 de enero de 2023 Michael se presentó por cuarta vez en Madrid, en lo que sería apenas la tercera noche -luego de dos fechas en Lisboa- de la reanudación en 2023 del tour Higher, para darle inicio al segmento europeo del mismo.
En una de esas casualidades que nos brinda la vida, un año antes y en el mismo recinto habíamos visto a otro canadiense, el veterano Bryan Adams, el primer espectáculo que pudimos disfrutar después de las fuertes restricciones por la pandemia del COVID-19.
Llegamos con suficiente tiempo de antelación al WiZink Center, una media hora antes, y nos sentamos en las sillas correspondientes a nuestras entradas en la arena. Esta vez realmente veríamos desde cerca el espectáculo que estaba por comenzar.
El inicio del concierto de Michael Bublé.
En la cortina musical escuchamos de todo un poco, pero principalmente pop y grandes cantantes, la fuente de inspiración de Bublé. La gente se fue acomodando poco a poco, y apenas pasadas las 9:00 p.m. arrancó el show.
Pudiendo ver ahora el escenario completo, observamos a la orquesta ocupando buena parte del espacio, en forma escalonada -al estilo big band-, un trío de coristas hacia la izquierda y Bublé moviéndose por todas partes, sobre todo por un pasillo/pasarela que dividía una parte de la arena en dos, hasta llegar a una base circular que más adelante nos depararía una sorpresa.
Si algo tiene Bublé es buen gusto, no sólo por su siempre impecable presentación; hablamos también de la escogencia de canciones para el setlist, conformado en mayor parte por versiones de grandes artistas.
Empezó el espectáculo con la poderosa Feeling Good de Anthony Newley, y la orquesta explotaba en sonoridad. Siguió con una de su cosecha personal, la popular Haven’t Met You Yet, canción que dedicó a su esposa y le permitió estar bien arriba en los charts.
Siguió la noche haciendo versiones de Nat King Cole, The Drifters, Seger Ellis, Bee Gees, Eddie Cooley y Marvin Gaye, entre otros. Muy buena su ¿Quién será? a ritmo de mambo. Por otra parte, cabe destacar que Bublé se atrevió a hablar usando un español bastante trabajado. Recordemos que su esposa es argentina y probablemente lo ha ayudado (obligado).
Hablando de Latinoamérica, en algún momento de la velada se acercó a un fan que estaba al lado de la pasarela central con una pancarta. Resultó ser un venezolano que le pidió llamar a su mamá en pleno concierto. Así fue como Michael saludó a una madre en Venezuela por video llamada. Lindo detalle de este simpático artista.
La noche siguió avanzando.
Todo avanzaba a la perfección: sonido, iluminación, público entregado y músicos cumpliendo a la perfección el plan en el que, con actitud de niño malcriado, Bublé advirtió que no estaban incluidas canciones navideñas.
En una noche de homenajes, presentó Smile de Charles Chaplin como una de las canciones, a su criterio, más bellas que se hayan escrito.
Cuando ya había transcurrido la mitad del concierto, Bublé mencionó la película de Elvis que se estrenó el año anterior. Una parte de su banda -bajo, guitarra y batería- lo acompañó al círculo en el medio de la arena (del que les hablé al principio). El canadiense, con una guitarra acústica en mano, hizo un medley en homenaje al Rey. One Night / All Shook Up / Can’t Help Falling in Love sonaron en formato rock’n’roll, como debe ser, rematando con una lluvia de papelillo para deleite del entregado público.
Justo después de eso le tocó homenaje a otro grande -literalmente-: Barry White, con su maravillosa You’re the First, the Last, My Everything. Bublé puede presumir de buena voz, excelente manejo del escenario y del público, mayormente femenino, que disfruta de su elegancia y buen sentido del humor.
Antes del encore tocarían la bella canción Cry Me a River escrita por Arthur Hamilton. Pausa para aplausos en los que se escuchó algún ¡olé, olé, olé!. Luego vendría la presentación de la banda. En la pantalla del escenario se vería el rostro de cada corista y de los principales músicos mientras tocaban y bailaban.
Llegando al final del concierto de Michael Bublé en Madrid.
Se cerró el show con tres versiones más: How Sweet It Is (To Be Loved by You) de Marvin Gaye, Save the Last Dance for Me de The Drifters y, para cerrar con broche de oro, You Were Always on My Mind de Gwen McCrae, canción que llegaría al número 1 por primera vez con la versión de Elvis Presley.
Aplausos y vítores. Así terminó la velada. Mientras salíamos dejaron sonando de fondo a Luis Miguel con su versión de Cuando Calienta el Sol. Esto me hizo mucha gracia porque justamente unos días antes le comentaba a un amigo que Bublé me recordaba al astro mexicano. Definitivamente no fue casualidad.
Michael Bublé trae a las nuevas generaciones la música de los grandes cantantes americanos y de los gloriosos inicios del pop. Sin duda hay que tenerle en cuenta, porque además de hacerlo muy bien, ayuda a mantener un importante legado musical.
Hasta la próxima.
Escrito por FUShoots. Edición de texto por Lastmario.
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